jueves, 17 de julio de 2008

Sin título

Quiero amarte aunque sea una vez más. Tenerte…. sentirte. Hacerte mío… Quiero escucharte gemir por última vez, porque sé que al atravesar esa puerta no habrá marcha atrás… quedarán los recuerdos.
Será un simple intercambio; el placer por el placer mismo.
Aún intenta decidirse (las consecuencias del placer [el hecho de haberse corrido, de haberle gemido, de haberlo besado y no volverle a tener…]): Saltar o no saltar, he allí la cuestión.

La Nínfula del Arcángel

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