miércoles, 6 de agosto de 2008

Todo en una nada

El sonido de su voz al otro lado de la habitación. La sobra que proyecta en el piso. El aroma en las sabanas. Sus ojos frente a los tuyos. Se boca junto a la tuya. Cierras los ojos y te dejas amar. Sientes sus labios en cada parte de tu cuerpo. Te hace gemir. No soportas tanto placer. Pides más, pides que pare…

La Nínfula del Arcángel

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